Mary-Kate y Ashley Olsen fueron indiscutiblemente la realeza de la cultura pop en los años 90. Comenzaron en Full House cuando tenían apenas 9 meses de edad, y el mundo se enamoró inmediatamente de las gemelas que interpretaron a la encantadora Michelle Tanner en la exitosa serie durante ocho temporadas.
Desde ahí, las hermanas dominaron el mercado de videos directos a VHS, sus rostros sonrientes y estilo icónico de preadolescencia (¡Tankinis! ¡Clips de mariposa!) eran suficientes para vender incluso las tramas más extravagantes. A los 10 años, y en 2004, fueron nombradas las millonarias más jóvenes de la historia que se hicieron a sí mismas, y lanzaron su colección de ropa y accesorios en Walmart, que generó aproximadamente $700 millones en ventas gracias a los millennials que querían ser como ellas.
Para mediados de la década de 2000, las diminutas ex estrellas infantiles habían alcanzado el estatus de verdaderas celebridades de primera línea. Se convirtieron en íconos de la moda, apareciendo en las portadas de Vogue y Rolling Stone mientras salían de fiesta con Paris Hilton y Lindsay Lohan. Tan famosas como eran, comenzaron a generar un aire de misterio, casi desapareciendo detrás de sus suéteres grandes y enormes bolsos Balenciaga mientras caminaban por las calles de Nueva York con sus característicos lattes venti de Starbucks y cigarrillos en mano.
Pero en 2006 —en el apogeo de su popularidad—, las hermanas comenzaron un retiro lento pero seguro de los reflectores. Se alejaron de la actuación (la última película que hicieron juntas fue New York Minute de 2004) y lanzaron su exitosa línea de moda de alta gama, The Row. Rara vez dan entrevistas y hacen pocas apariciones públicas, sin embargo, el público sigue fascinado inquebrantablemente por las gemelas que perdieron: ¿Cómo es su vida? ¿Siguen siendo cercanas? ¿Todavía fuman tanto? ¿Son felices?
Us Weekly habló con 20 fuentes —desde miembros del círculo íntimo de las Olsen hasta empleados actuales y antiguos y personas con quienes solían salir de fiesta en Nueva York—, para obtener información sobre su siguiente capítulo.
“Estar en el centro de atención siendo unas niñas realmente parece haber impactado cómo Mary-Kate y Ashley viven sus vidas adultas”, cuenta un amigo a Us sobre las hermanas, que cumplieron 38 años en junio. Añade un ex promotor de vida nocturna: “Para ser estrellas infantiles, han salido de [todo] esto bastante bien. Podría haber sido mucho peor”.
La Máquina de Hollywood
Mary-Kate y Ashley eran apenas unas bebés cuando comenzaron sus carreras en Full House y no perdieron el ritmo al trasladar su popularidad a diferentes proyectos. Después de que terminó la serie en 1995, comenzaron a hacer películas, música, videojuegos, libros y más, dirigidos a preadolescentes.
“No había precedentes de lo que hicimos”, cuenta a Us su ex publicista, Michael Pagnotta, que señala que Mary-Kate y Ashley eran las jefas desde muy jóvenes. “Ellas mandaban. Cuando decidieron abandonar todo el mundo del espectáculo y pasarse a la moda, creo que por eso sintieron que tenían cierta credibilidad”.
En 2004, se mudaron a Nueva York para asistir a la Escuela Gallatin de Estudio Individualizado de NYU, donde Ashley se enfocó en gestión empresarial y Mary-Kate siguió una disciplina creativa para prepararse para dirigir marcas de moda. Se convirtieron en figuras habituales en la escena de NYC.
“Mary-Kate y Ashley ambas se inclinaron hacia los gays de moda del centro”, dice un experto en moda que salía con ellas a principios de 2000. “Mary-Kate era como esta excéntrica dama de los bolsos fumando Marlboro Reds con todos los chicos, divirtiéndose en lugares de moda como el Beatrice Inn y el Jane Hotel. Ashley era mucho más seria y sensata, pero le encantaba la moda y estaba intrigada por nosotros”.
Sus vidas amorosas acapararon los titulares -Mary-Kate y Hilton se pelearon por el heredero naviero griego Stavros Niarchos, mientras que Ashley inició un romance con Jared Leto-, al igual que el peso de Mary-Kate (quien pasó un tiempo en un centro de tratamiento en 2004). La atención era abrumadora.
“Mary-Kate dejó muy claro que odiaba a los paparazzi y la naturaleza pública de lo que su carrera como estrella infantil le había traído”, dice un experto de los Hamptons que pasó tiempo con ella durante su matrimonio con el empresario francés de 55 años Olivier Sarkozy. (Mary-Kate solicitó el divorcio del empresario francés en 2020 después de casi cinco años de matrimonio). “Se sentía acosada. Era demasiado para manejar”.
Dirección Diferente
Pagnotta le dice a Us que Mary-Kate y Ashley sabían que era momento de cambiar de rumbo. “Toda la atención que recibían era demasiado para ellas. Era una cuestión de su bienestar mental, emocional, espiritual y físico que dictaba que, ya sabes, necesitábamos elegir una nueva dirección”.
Pocos de los que conocen a Mary-Kate y Ashley se sorprendieron de que rehuyeran el mundo del espectáculo: la ex promotora de la vida nocturna dice que nunca fueron muy amigas. “Siempre fueron un poco diferentes. Mary-Kate tenía un poco más de agallas. Paris, Lindsay y Nicole [Richie] bailaban encima de las mesas, pero Mary-Kate y Ashley [se] sentaban solas en una mesa en un rincón. Incluso cuando estaban en escena, eran muy reservadas”.
Vidas Discretas
Su estado actual es muy diferente. “Ashley y Mary-Kate se mueven en círculos muy selectos”, revela una fuente que recientemente vendió a Ashley algunas piezas de arte en la exposición Armory de Park Avenue para la oficina londinense de la pareja. “Todas las personas con las que se relacionaron en el Armory show eran europeos adinerados”, dice la fuente, que añade que Mary-Kate y Ashley son ambas “muy estudiadas en arte, tanto histórico como moderno”.
Mientras Ashley sigue basada en NYC, Mary-Kate divide su tiempo en L.A., y ambas viajan frecuentemente a Europa por trabajo y pasan bastante tiempo en los Hamptons. Mary-Kate fue vista con su viejo amigo (y exnovio) Sean Avery fuera de la ubicación de The Row en Amagansett durante el fin de semana del Día de los Caídos. “Le encantan los Hamptons, montar a caballo y simplemente estar en la naturaleza”, dice el primer amigo.
Ashley y su esposo, el artista Louis Eisner, también han sido vistos regularmente por la ciudad. “Pasan mucho de su tiempo aquí”, dice un residente de los Hamptons sobre la pareja, que se casó en diciembre de 2022 y dio la bienvenida a su hijo Otto el pasado agosto.
En abril, el lugareño vio a la pareja en la tienda gourmet Loaves and Fishes, donde gastaron $600 en comestibles, incluyendo una ensalada de langosta de $100. La pareja estaba en Martha’s Vineyard el 9 de julio, donde Ashley apoyó a Eisner, de 34 años, en su exposición Persona Non Grata en la Winter Street Gallery.
“Se veían realmente felices”, cuenta un testigo a Us. “Ashley caminaba por la exposición de arte admirando su trabajo. Parecía estar de muy buen humor, saludando a la gente en la galería e incluso tenía una sonrisa”.
Un segundo amigo le dice a Us que Mary-Kate y Ashley son “muy discretas y algo aburridas hoy en día. Han dejado de fumar y dejaron de salir por un tiempo. Ashley también tuvo un bebé, así que sus prioridades son diferentes; nadie las ve tanto como solían hacerlo”.
Añade el primer amigo: “Son personas hogareñas que prefieren repasar las sábanas para The Row que salir por la ciudad. Y son extremadamente cautelosos con quién dejan entrar y qué divulgan en público”.
Las hermanas siguen llevándose bien con sus excompañeros de reparto de Full House. En 2022, se reunieron con el elenco principal, incluyendo a Dave Coulier, Candace Cameron Bure y Jodie Sweetin, para asistir al funeral de su papá televisivo Bob Saget.
Una semana después de que Ashley diera la bienvenida a su hijo, John Stamos la felicitó en Instagram, escribiendo en parte, “Ver crecer a Mary-Kate y Ashley en las mujeres increíblemente brillantes y destacadas que son hoy ha sido una de las mayores alegrías de mi vida”.
Trabajando duro
The Row es su pasión. Se dice que la discreta línea de lujo de las hermanas, genera entre 200 y 300 millones de dólares en ventas anuales gracias a sus codiciados suéteres de cashmere y sus pantalones de sastrería perfecta.
Las gemelas trabajan a tiempo completo en el negocio, aunque ninguna diseña la ropa. (Un ex empleado y veterano de moda dice que esto es normal: “Nadie a ese nivel toma un lápiz y hace un boceto”). Mary-Kate está más involucrada en lo creativo, mientras que Ashley dedica más tiempo a las operaciones y finanzas.
Su personal respeta su visión y compromiso con la producción de ropa de alta calidad y las considera talentosas. Durante las reuniones, hablan tan bajo que casi susurran.
“Era una pesadilla”, admite un ex empleado. “Tienes que aprender a interpretar la forma en que mueven las manos porque a veces eso te da más indicaciones sobre cómo quieren que sea la prenda”.
Detrás de escena, son muy reservadas. Un diseñador de moda de Nueva York cuenta a Us que cualquiera que entre a su edificio de oficinas tiene que firmar un acuerdo de confidencialidad, y el ex empleado dice que Ashley nunca anunció su embarazo a sus empleados. También es conocida por evitar confrontaciones, lo que explica por qué ella, con el apoyo de su hermana, lideró la iniciativa de despedir a la mayoría del personal de The Row en 2020, alrededor del comienzo de la pandemia, por correo electrónico.
Un ex alto ejecutivo dice que Mary-Kate y Ashley “no confían en nadie”. Una vez, después de que un pasante intentara tomar una foto de las hermanas en el showroom, los pasantes fueron prohibidos en el espacio. Ashley también rechaza opiniones contrarias y puede cansarse de los empleados rápidamente. Ella mantiene un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida personal que Mary-Kate, quien, según la fuente, “estaría completamente perdida sin el trabajo y la equitación”.
“Creo que en algún momento, querían demostrar algo”, dice uno de los ex empleados sobre lo que motiva a Mary-Kate y Ashley a trabajar tan duro. “Como eran estrellas de televisión cuando eran niñas, nadie las tomaba en serio cuando lanzaron la colección. Ahora es realmente la única colección de celebridades que es relevante”.
Judy Swartz, ex vicepresidenta de Dualstar, le dice a Us que no está sorprendida por su éxito: “Son mujeres de negocios inteligentes y talentosas”.
Fin del juego
La ironía, por supuesto, es que incluso casi dos décadas después de abandonar su accesibilidad de chicas de al lado para desvanecerse en el fondo de una etiqueta de alta moda, los fans siguen infinitamente intrigados por las Olsens. Todavía están ganando mucho dinero, también: hoy, se estima que el patrimonio neto combinado de las hermanas es de 500 millones de dólares.
La ejecutiva de marketing de moda veterana Ana Andjelic, quien escribe el influyente boletín Sociology of Business, dice que el secreto de las gemelas es una gran parte del éxito de The Row. “Consideran de mal gusto ser vistas en público”, dice Andjelic sobre Mary-Kate y Ashley, quienes no aparecen en la página de Instagram de la marca y optaron por prohibir los teléfonos móviles en el desfile de moda de The Row del 28 de febrero en París.
Añade un insider de la moda que ha trabajado con las Olsens: “[La ropa], los eventos y la comercialización son todos elegantes, discretos y reservados, al igual que ellas”.
Un regreso a la actuación no está en los planes. “Ya estuvimos allí, ya lo hicimos, empezamos de esa manera”, dijo Mary-Kate a Vogue en 2019. “Esta es la manera en que elegimos seguir adelante en nuestras vidas: no estar en el centro de atención, tener realmente algo que hable por sí mismo”.
Aquellos que tienen historia con las Olsens dicen a Us que están exactamente donde deben estar. “Ashley y Mary-Kate dejaron Hollywood por la moda y encontraron su lugar feliz”, dice otra fuente.
Pagnotta cree que las hermanas han completado un ciclo: “Nunca buscaron atención, y todavía no lo hacen”, explica Pagnotta. “Parece que simplemente se han convertido en quienes siempre fueron”.
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Con reportajes de Travis Cronin, Andrea Simpson y Amanda Williams
